Tras el cierre definitivo de la Ley de Nietos, crece la expectativa por una reforma que marque un antes y un después en el acceso a la nacionalidad española. La propuesta de una ley permanente, sin plazos y sin límite generacional ya está sobre la mesa, impulsada por el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE) y en etapa de análisis institucional.
Una deuda histórica pendiente
Millones de descendientes en América Latina y otras regiones quedaron excluidos por la Ley de Memoria Democrática (LMD), no por falta de derecho, sino por plazos acotados, colapsos consulares o discriminaciones históricas, como las que afectan a descendientes por línea materna.
El objetivo de esta nueva propuesta es terminar con las leyes temporales que se repiten cada década, generando ansiedad, saturación administrativa y desigualdad de acceso. Una ley permanente corregiría esas falencias y establecería un marco claro para el reconocimiento de la ciudadanía española.
¿Qué propone la nueva reforma?
Entre los ejes centrales del proyecto se destacan:
- Eliminación de los plazos de vigencia: el acceso no dependerá más de fechas de apertura o cierre.
- Fin de la discriminación por sexo o linaje: descendientes de mujeres tendrán igualdad plena de derechos.
- Reconocimiento sin límite generacional, similar al modelo italiano.
- Eliminación de requisitos innecesarios como la renuncia a otra nacionalidad.
- Simplificación de procesos como la recuperación de ciudadanía o acceso para cónyuges.
Esta iniciativa apunta a modernizar el Código Civil español, otorgando seguridad jurídica y evitando nuevas crisis como la que dejó la LMD.
¿Cuándo podría discutirse la nueva Ley?
Según las autoridades del CGCEE, el proyecto podría ingresar en el circuito parlamentario a inicios de 2026, cuando se intensifiquen las reuniones con partidos y bloques políticos. Aunque ya hay sectores que manifestaron su apoyo, el tratamiento dependerá de acuerdos políticos y del equilibrio parlamentario vigente
La intención es alcanzar consensos durante el próximo año, de modo que la propuesta pueda transformarse en una reforma definitiva y estructural del régimen de nacionalidad.
Una vez aprobado, el cambio permitiría cerrar los vacíos que dejaron las leyes anteriores y adaptarse a los desafíos actuales de una diáspora creciente.
¿Qué puede hacer la diáspora?
Desde el CGCEE se insiste en que la participación política de los españoles en el exterior es clave para que la nueva ley avance.
Se recomienda:
- Votar en las elecciones, especialmente tras la eliminación del voto rogado.
- Organizarse en centros y asociaciones.
- Visibilizar los problemas de las leyes temporales y la saturación consular.
- Exigir una solución estable, inclusiva y justa.
La ciudadanía no solo se ejerce con papeles: también se defiende con voz y participación. El impulso de esta ley depende del compromiso colectivo de quienes, desde el exterior, siguen creyendo en su derecho a ser reconocidos como españoles.
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